domingo, 26 de junio de 2011

Comentario sobre el Coloquio-Seminario

Coloquio-seminario EL SINTOMA Y LA ESCRITURA
a cargo de Enrique Acuña


El pasado 29 y 30 de Abril se llevo a cabo un Coloquio-seminario del I.O.M., ocasión en la que se contó con la presencia del director del C.I.D. Enrique Acuña, quien se orientó en el programa propuesto para este año a partir de la lectura de “Los signos del goce” de Jacques-Alain Miller, bajo el subtitulo El sujeto del psicoanálisis identidad-identificación-insignia.


El día viernes, Acuña desarrollo como tema “El síntoma y escritura”, haciendo hincapié que tanto la identidad como la identificación se presentan socialmente como modos de nombrarse, vinculados a designaciones como “yo soy” o “tu eres” o “somos”.

A partir de la oposición entre individuo y sujeto señaló que, ante todo, al hablar de sujeto del inconsciente no se trataría del individuo con su identidad, puesto que no existe un inconsciente colectivo. Hay sujeto del psicoanálisis en la medida que alguien habla y toma el retorno de los efectos de significación. Alguien que habla hace su signo de referencia.

Más adelante, recordaba a Freud quien consideraba que hay identificación cuando hay ausencia de la cosa a nombrar. Ejemplo el mecanismo de transformación del yo ante el objeto perdido en el duelo. De ese modo, el sujeto del psicoanálisis no se monta sobre el yo del reconocimiento en el eje imaginario sino sobre el objeto que se pierde como real en ese movimiento del reconocimiento, y que deja una identificación como marca de lo simbólico.



Respecto a Lacan, en su texto “Función y campo de la palabra” de los Escritos , Acuña señaló que el sujeto es alteridad radical, marcado por palabras, razón por la que el lenguaje no logra decir el predicado último que define a ese sujeto. Recordó que Freud advirtió sobre la dimensión del síntoma que promueve una experiencia de satisfacción, economía de placer que en otro nivel se vuelve displacer: una formula lacaniana del goce.



Por ello el síntoma en su vertiente de sentido y de goce se puede enganchar para hablar en la función de la palabra, o para leer en una escritura. El inconsciente, como lugar del Otro (A) es un escrito que envía un mensaje en forma invertida, al mismo inconsciente donde el sujeto S(A) es un efecto de significación. El inconsciente como escrito remite a un sentido que, por una parte es descifrable y por la otra no lo es. Y es esta operación la que da lugar a interrogar que tipo de literatura, es decir de interpretación, corresponde al inconsciente como escrito.



El hablante hace una retórica, articula una red de enunciados, pero no dice de su estilo como objeto que resta en el decir. Retórica y estilo son dos vertientes es lo que lleva a preguntar por el estilo del quien habla, que a-priori no se sabe quien es. Si se localiza este autor, se produce un pasaje del sentido al signo.

¿Cual es el procedimiento de la escritura en el inconsciente? Refiere Acuña que el psicoanálisis es el pasaje del goce de un sufrimiento, de un displacer, de un silencio del sufrimiento, al de un goce del sentido, que obliga la interpretación y marca la entrada en el análisis. Gozar del sentido supone una cierta sustitución del sufrimiento, implica a un sujeto:”soy ahí donde gozo”. Pero llevado hasta el fin, el límite del sentido es lo que Freud llamó al final del análisis la roca viva de la castración.



Al finalizar la clase, Enrique Acuña, concluye que el síntoma es una lectura posible aunque fallida de la escritura del inconsciente, donde hay una disposición de las letras con casilleros vacíos que permiten una nueva significación de esa combinatoria significante. Es el concepto lacaniano de letra como soporte material de un discurso concreto, en principio permutable que luego cambia hacia lo irreductible de un signo de goce.



El día sábado 30 tuvo lugar la Disciplina del Comentario, oportunidad en la que se articularon las conexiones teóricas de un párrafo del texto “La instancia de la letra”, a cargo de Ariel Scherman. En un segundo momento, en la Lógica de la cura se presentaron dos casos clínicos a cargo de Mariana Ramírez y Luciana Molfino.



Carla Molinas Mañanes

C.I.D. Corrientes-Chaco